Este semestre hemos concluido la talla de las piezas de un
aparejo que el tratado de Gelabert denomina “Portal de Apotecari”, es decir,
portal de boticario o de farmacia.
No sabemos el porqué de la denominación, y de hecho no
conocemos casos en Palma de Mallorca. Pero se puede reconocer que es un tipo de
arco adintelado, singular porque su despiece está disimulado. por uno de los
frentes, las juntas que separan las piezas son verticales, no convergentes como
es habitual. Naturalmente, hay un truco; las juntas en el interior son
realmente convergentes y solo se verticalizan para aparecer en una de las
testas.
Es un juego, como aquellos a los que se refiere John Ruskin
en Las siete lámparas de la arquitectura: «Un acertijo aquí y allá en partes secundarias puede a veces
servir para atraer la mirada hacia la sillería, y así revelar su interés,
proporcionando a la vez una placentera sensación de que el arquitecto posee un
cierto poder mágico.»
Los hay en muchos lugares. En Madrid, aprovechando la dureza
de la piedra berroqueña, es fácil encontrar portales de este tipo. En la
entrada al jardín del Museo Thyssen (palacio de Villahermosa) hay uno de buen
tamaño. Y Pedro de Rivera los introduce con frecuencia, aunque quedan algo
desdibujados entre sus molduras barrocas.
En el Taller lo hemos montado con unos cables como tirantes.
El "portal de Apotecari" en el tratado de Joseph Gelabert |
Palacio de Vistahermosa, exterior del portal |
Palacio de Vistahermosa, interior del portal
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